Bajo la cobija de las estrellas están mis secretos, esperanzas y anhelos, que poco a poco se vuelven opacos, se desfiguran; y el mundo entero se desintegra ante mis ojos, ahora mi destino hace parte de la infinidad del universo.
Las noches son recuerdos infinitos y profundos del día que me sonríe con gran esplendor y gran entusiasmo. El viento mueve las hojas de los arboles que sin rumbo me muestran un mundo vacío, sin sentido, que tenuamente se aleja de la realidad de mis pensamientos.